Tan
abstraída estaba en la rutina que ni noté que el sueño me invadía. En ese
preciso instante sentí, otra vez, aquella punción en el pecho. Descargaba otra
tormenta y me llovía por dentro, era una lluvia lenta, de esas que penetran
abrazando y se deslizan sobre la piel, limpia, pura y cálida. Me estremecí,
porque un día salté con fuerza sobre el agua y me reencontré con mi otro yo…
Soy
alguien que se renueva con la lluvia de primavera, soy alguien que se
reinventó, o mejor dicho, me obligaron a reinventarme como niña lluvia porque
me gustaba más que aquel papel de comedia que ellos querían que viviera y me
gustaba escuchar como una voz me susurraba al oído que se podían coleccionar
las nubes. La vocecita murmuraba… pasea en globo y recoge nubes…
Llovía
¿por qué siempre llueve en las despedidas? Yo también lloviznaba, en modo
primavera, lentamente y mojándome en silencio, seguí andando sin un destino en
mente y dejé que fuera él quien me dirigiera, por eso estoy segura que en ese
momento manejaba mis hilos para que yo girara en ese desvío y ahí aparqué
acompasada y lenta.
Yo
no escucho la lluvia yo la siento…
Lágrimas de cristal. Exquisito
ResponderEliminarGracias Juan que bonita frase!!!
EliminarSi Juan exquisito... A mi me ha hecho sentir tristeza pero también esperanza, blanco y negro, azul y plata, cuatro palabras y con tu Don todos a despertar los sentidos. Precioso Ana sin más. RSS
ResponderEliminarUuuuy que bonito me encanta lo que os transmite!!! Gracias RSS
EliminarUuuuy que bonito me encanta lo que os transmite!!! Gracias RSS
EliminarComo nadie ha comentado la música yo voy a hacerlo. Buena música subes y ésta es una prueba de que las cosas simples muchas veces pueden ser buenas. Pink Floyd
ResponderEliminarNos has vuelto a regalar un dulce relato.
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