NOTAS

Cosecha propia. Andando por ahí, recojo una a una sonrisas que voy encontrando en mi paseo. Algunas llevan un abrazo con lazo zapatero al cuello y me envuelven con historias que se cuelan en mi cerebro y me reconfortan. Sonrisas que llegan de cualquier lugar, incluso en pobres brisas marinas, sonrisas cómplices y muy valiosas. Miro mi bolsillo y está lleno de ellas y las noto, qué gran cosecha, será una buena siembra? O será que tengo los mejores amigos del universo????

jueves, 14 de febrero de 2013

CON EMOCIÓN



Yo soy más de Sant Jordi, pero cualquier día del año es perfecto para decir lo mucho que le quieres, esta post hoy se la dedico a Juanjo.



- Cuando yo era joven no existía San Valentín, y tu abuela no esperaba ni bombones ni flores. Pero si que le notaba en la mirada, que se ponía triste, cuando pasaba mucho tiempo sin darle un beso tierno, o si no la ayudaba en sus cosas.

- Abuelo, abuelo... pero ahora es otra época, y mi chico debería tener un detalle conmigo. Es para demostrarme que me quiere, ¿lo entiendes?.

- A tu abuela no había noche que no le dijera que la quería y pocas veces se que eso le resulto especial. Cuando realmente se emocionaba era cuando me lo veía en los ojos.

- Vale abuelo, pero... los chicos de ahora...

- ¡Y un carajo! Serán otros tiempos, pero el amor es el mismo de siempre. Un chico pierde la cabeza por una chica y a la inversa, y cuando eso pasa da igual que sea la Roma antigua o ahora. Él hará lo que sea por hacerla feliz y ella se preocupará por él como si le fuese la vida en ello... eso no cambiará jamás. Cuando yo era un muchacho, apenas unos años más joven que tu, me enamoré de tu abuela. Crucé toda la ciudad, en plena noche, con un frió que ni te cuento. Llegué a casa de tu abuela y le tiré unas piedras a la ventana para que se asomase, claro que vivía en un primero... El tembleque no me dejaba articular palabra, pero cuando tu abuela apareció, hablé sin titubear. Le dije que la quería y que haría lo que fuera por ella. Le dije que ella daba sentido a mi vida, a su lado no podía pasar frío. Ella solo sonrió y ruborizada me lanzó un beso, allí fue cuando se enamoró de mi....

- ¡Ay abuelo!, no me extraña que la abuela te quisiera tanto...