Vale, vale no he desaparecido. Muchos días sin subir nada, que eso no quiere decir que me haya olvidado de vosotros eh! Desde que me invitaron a dejar de trabajar he ido reorganizado mis horas, mi día a día y estoy en vías de reinventarme a ver qué sale !! Entre tanto trasiego además mis musas creo que andan algo perdidas pero estar están.
Hace unos días me reía con
una buena amiga, en una de nuestras conversaciones facilonas en las que te ríes
hasta de tu sombra y el rímel baja sin piedad por tus mejillas, pero ya es eso,
tan fácil y tan divertido como la vida misma. Pues a raíz de ese momento salió
ooootra de mis “caricaturas”, ja ja ja
Tengo la teoría que las
mujeres somos víctimas de una maquinación tramada por un puñado de frikis,
iluminados con mentes siniestras que de vez en cuando quedan para tomarse unas
copitas en algún lugar secretísimo (sino ya los habríamos liquidado, ji ji) y
ahí deciden lo que se va a llevar, o sea, nena esto te toca enfundártelo este
año, te guste o no, entres o no, la madre que los p… ¿si supiera quienes son y
como narices se lo montan?
Bueno, bueno, yo tengo mi
teoría, debe ser algo así como que llega John Galliano y suelta:
- ¡He tenido una visión!
(¡la luz verías si te pillo inspirao!!) esta temporada se va a llevar el
amarillo!!!
Y salta Karl Lagerfeld
emocionado: - eso, eso, yo le añadiré unas rayas horizontales que eso ensancha
más (este hoy pilla…)
Porque claro, somos unas
víctimas, víctimas de la moda y de esta pandilla de…, que si este año los
pantalones os los abrocháis, (si podéis bonitas) a la altura de la ingle, el
anterior mejor los pantalones con pata de elefante, que el nombre ya apunta
maneras de cómo nos van a quedar…, y como somos así de lerdas, ala a la calle en
apnea y limpiando las aceras que en época de crisis creo que los Ayuntamientos
también han sido invitados a estas reuniones clandestinas, aquí todo el mundo
tiene voz y voto majos.
Dicen que si caes en sus
redes, ya no puedes escapar, sólo plantarte delante de un escaparate empiezas a
sentir un hormigueo… y, claro yo que con tal de llevar la contraria… entro y le
digo a la dependienta:
- Estoy buscando unos
pantalones gris marengo para una cena especial.
Se ha quedado blanca, casi
lívida.
- ¿gris marengoooo? – me
pregunta horrorizada.
– Este año no se lleva,
nada, de nada, esta pasadísimo (va a cobrar y no por el pantalón)
– Este año el color
estrella es el amarillo.
- ¿Y eso gris que tienes ahí, encima del
mostrador?
- Eso es la funda de mi
paraguas…
Mecagüen, agachas la
cabeza, se te caen los hombros hacia delante y me oigo diciendo: Vaaale, sácame
uno en amarillo de la talla 36.
Respingo al canto de la
dependienta, que está a punto de darle un soponcio y que me mira por encima del
hombro como si midiera 1,80 y yo 1,50.
- ¿una 36? Yo diría que estás
en una 40.
Y claro me convierto en el
increíble Hulk (que era verde y este año no está de moda) y la miro como
diciendo: Y tú estás entre lerda y tonta del culo.
- A ver, a ver, sabré yo
si llevo la 36.
- Si no lo dudo, pero…
este año viene la 36 pequeña ¿sabes?
Ahí ya te han inducido, ya
tienes la autoestima por debajo de la suela de los zapatos y es cuando ya te
tienen dominada. Pero como soy dura de mollera y aún me queda algo de verde de
Hulk, le suelto:
- Me pruebo la 36 (aunque
me la tenga que meter a presión). Me estiro en el suelo del probador y cuando
logro ponerme en pie, se me caen las lágrimas, me he congestionado al ver un canario
gigante en el espejo, un chorizo criollo amarillo.
Pero cómo es posible, vas
a H & M y la 36 se la pone Demis Rusos y en cambio te vas a Vittorio i
Luchino y no se la pone ni mi vecina de 10 años.
Pues eso, que me lo llevo,
esta semana hago operación bikini y el fin de semana fijo que me entran… ¿seré gili..?.
Pero como aún no estás
sometida del todo a la voluntad de la secta, cuando vas a pagar le sueltas:
- No. No me lo quedo.
Y la muy bruja, dibuja una
amplia sonrisa y te suelta: - Pero llévatelo si no te convence lo puedes
devolver.
Y claro lo compras. “Como
lo puedes devolveeeer…” eso es como zamparte un cacho de cortina “Como lo
puedes devolveeeer…”
Llego a casa y le pregunto
a mi chico;
- Mira qué pantalón me he
comprado. ¡El amarillo es lo último! ¿Cómo lo ves?
- (traga saliva) ¡pequeño!
- ¿estás seguro? Son
ceñidos ¿marcan mucho?
- Te van a salir úlceras.
Ana contente.
Así que me lancé
desaforada a la busca y captura de un pantalón gris marengo de la talla 36,
cueste lo que cueste!!! ¡Que les den a la pandilla de frikis!!
Y tras tres días sales de
una tienda con los pantalones gris marengo. Pero como las mujeres somos como
somos… El día de la cena te untas en aceite y te enfundas los pantalones
amarillo canario para ir a la última. Entras sin respirar en el restaurante,
miras a tu alrededor y estás rodeada de mujeres vestidas de color amarillo que
han caído también en la secta…. Si es que somos originales ¡!!