Existen esos momentos en los que hablo íntimamente con
Lucas, tiene 9 dulces años y ayer tuvimos uno de ellos.
- Mami que sepas que ya me han contado en el cole que Papa Noel y el
“Cagatió” son los padres – ¡Glups! se acabó… la intriga, sus nervios, los nuestros
y sus ojos brillantes…
- Cariño y ¿tu qué crees? – espero que me diga que no se lo
cree, que todo lo que le han contado son patrañas. (ingenua)
- Pues mami, yo ya lo sabía (toma ya) y además ya les he
dicho que los únicos que existen son los Reyes Magos, porque una vez incluso se
equivocaron de regalo, lo dejamos en el árbol y pasaron a recogerlo. – sube una
carcajada por mi garganta y me la trago.
- Pero bien pensado mamá, ¿existen o no existen los Reyes
Magos? – insiste en sus dudas.
- ¿Quieres una respuesta Lucas? – le pregunto.
- Si mamá, si verdaderamente no existen los otros, entonces los Reyes… - venga Ana
respira y dispara.
- Pues cariño, no, no existen los Reyes. Pero si existen tus
Reyes Magos, ahí dentro de tu cabecita, existe todo lo que tu quieras que
exista, te explico, papá y mamá compran los regalos y tu llenas de magia
siempre esta casa. – me mira de reojo.
- ¿Estás triste Lucas? – se le abren los ojos, me mira como
diciendo y ¡ahora qué dice esta! Y me contesta.
- No, ¿por qué? – toma Ana, tu en plan mama dulce y tierna y
él tan ancho.
- Por nada, por nada cariño.
Tras esta conversación surgió esto:
Sí, si me acabo de enterar... la decepción ha sido brutal.
Yo, a mis 43 años, me entero del secreto, que por cierto, todos conocían menos
yo. O estaba muy ciega, o era tonta, que también, o mi familia ha sido
simplemente muy hábil para tenerme tan engañada... y aquí estoy, destrozada con
los ojos llenos de lágrimas, el corazón en un puño y con un cabreo del diez.
!No es justo! !Joder! Pero si hasta la del telediario ha dicho hoy que los
Reyes Magos ya están de camino... si hasta en la tele te mienten, entonces ¿a
quién voy a creer?
Se acabó la ilusión de todos los años de poner los zapatos
en la chimenea y las tres copitas de anís en la mesa... pero, espera, espera, ahora
que lo pienso... ¿quién se las bebía? Mi padre fijo que no, que no bebe... ahhhh!
seguro que mi hermano, que le encanta el trinqui, !qué cabrón!
Este año ya he dejado de ser una niña... y me he convertido
en mujer. (Peter Pan ven a recogerme ¡YA!) Jo, no quiero. Aunque si he de ser
sincera, ya llevaba yo un par de años sospechando... eso de que algunos
altillos de casa estuvieran más llenos que nunca en diciembre y de pronto magia
potagia, después de Reyes dejaban de estarlo, pero como se puede ser tan tonta,
lo tenía delante y no lo vi.
Y todo se ha tenido que destapar hoy, precisamente hoy, en
puertas de la Navidad... ¿no podía haberme enterado el año que viene? Después
de abrir los regalos... Justamente hoy mi queridito hermano (me imagino que
harto de pimplarse el anís cada año) cabreado como una mona me lo ha soltado a
bocajarro, así, a gritos, sin más: y que sepas que los Reyes Magos son papá y
mamá, lerda... sin preocuparse de si me traumatizaba para el resto de mi vida...
La madre que lo parió, le hubiera soltado un santo guantazo, que hubiera
parecido el Congreso Eucarístico. Espero que le traigan carbón... ups, ah no,
que no existen... ¡Rediós! aún estoy en estado catatónico!
Chicos no se si también estoy metiendo la pata hasta el
fondo y os estoy estropeando la ilusión, pero tenía que desahogarme. Además,
tengo claro que no es bueno vivir engañado... No se qué cerebrito dijo una vez
que la verdad nos hace libres... así que daros por regalados este año que os
acabo de hacer libres a todos... ja, ja, ja (ya me estoy recuperando del
disgusto)
Oye, oye y encima pondrán la cabalgata en la tele... ¿pero
quiénes son esos señores entonces?