NOTAS

Cosecha propia. Andando por ahí, recojo una a una sonrisas que voy encontrando en mi paseo. Algunas llevan un abrazo con lazo zapatero al cuello y me envuelven con historias que se cuelan en mi cerebro y me reconfortan. Sonrisas que llegan de cualquier lugar, incluso en pobres brisas marinas, sonrisas cómplices y muy valiosas. Miro mi bolsillo y está lleno de ellas y las noto, qué gran cosecha, será una buena siembra? O será que tengo los mejores amigos del universo????

miércoles, 26 de septiembre de 2012

ANDY WILLIAMS - MOON RIVER









Ayer junto a mi escrito añadí una canción emblemática Moon River, interpretada por Audrey Hepburn. También comenté que quien realmente lanzó a la fama este tema fue Andy Williams, en su interpretación en la ceremonia de los Oscar de 1962. Cuál ha sido mi sorpresa cuando hoy por la tarde me ha llamado una amiga para comentarme que éste había fallecido.

Inconfundible con su smoking negro de grandes solapas y una canción de Henry Mancini cantada muy muy despacito, este es mi pequeño homenaje a una voz, que sin haber llegado a la popularidad de Sinatra u otros de la época destacó por su gran calidad vocal y exquisito gusto. Si tenéis a alguien al lado cogerle de la mano y muy poco a poco dejar que la música os lleve.

¡Buenas noches Andy!

martes, 25 de septiembre de 2012

VIVIR A COMPAS O CRISIS DE ESCRITOR






Consejo: escuchar esta canción mítica del cine, premiada en los Oscar de la película , Desayuno con diamantes, mientras leéis el escrito de hoy, creo que le va de perlas, je je je. Moon river con la cálida voz de Audrey Hepburn, en ese fragmento de la película. No se si queda alguien por versionarla pero hoy me quedo con Audrey, que me disculpe Andy Williams que fue el que la llevó a la fama y la interpretaba fantásticamente bien.




VIVIR A COMPAS O CRISIS DE ESCRITOR


Como me gusta Barcelona. Muchas veces pienso, como cuando mi madre me decía “dónde vas tan pronto que aún no han puesto las calles” que hay alguien encargado en pulsar un botoncito que enciende cada mañana la vida en ella, para que todo se ponga en movimiento en el momento preciso.

Camiones, coches zumbando, camareros con aroma de café recién hecho, mangueras que quitan las legañas a las calles, persianas arriba con olor a pan y bollos, los más madrugadores pronto dejan sentir su soplo mañanero, quiosqueros y algunos zumbados por el jogging, son los primeros en cambiar las calles del blanco y negro al color.

Desde mi balcón tengo una maravillosa vista de la plaza. Ahora vacía y limpia. De momento sólo hay algunos peatones que la cruzan y rompen su equilibrio, me acerco a mi momento a 1,20 € de café matutino, las mesas me dejan espiar los movimientos de esos primeros transeúntes, saco de mi mochila mi libreta verde y un lápiz, hoy aunque ya ha empezado el otoño será un día cálido y soleado. Dejo que el primer rayito se enrede en las páginas en blanco…

Después de desayunar me dirijo a deambular por las calles donde se concentran las mejores librerías de la ciudad, entrar en ellas produce en mí un efecto relajante. Vagabundeo entre sus estanterías, siempre hay alguno que despierta mi curiosidad, hoy uno con un título corto y bajo el brazo lo pago y salgo otra vez a la calle, que ya se ha llenado de gente y decibelios a ritmo urbano eso adormece mis instintos naturales. Me extrapolo a ese compás cada vez más rápido y levanto la cabeza para ver el cielo azul de Barcelona.

Tras un par de horas, llego a mi rincón favorito de un bar de barrio, lo encuentro vacío. Un camarero uniformado me sonríe al entrar y me da a elegir mesa en la terraza, “la que hay junto a la ventana”, le pido, no puede ser otra, es algo así como mi escondrijo. Desde ese lugar tengo acceso visual a la calle, al resto de mesas, hoy me he levantado especialmente curiosa y eso me ayuda a escribir. Le doy el primer sorbo a la cerveza y mis labios se mojan de espuma, observo al camarero con detenimiento, debe rondar los cincuenta, delgado, viste ropa sobria y zapatos gastados, pero destaca como siempre, esa amabilidad perenne y no me cuesta inventarme una vida, le guiño un ojo y levanto mi jarra, “por ti” pienso, abro mi mochila de nuevo y busco mi lápiz otra vez.

Estoy inventando una novela, una historia, la de alguien que sueña en ser pintor renacentista en un mundo rendido al diseño gráfico o mejor un escritor que de vez en cuando se queda mudo ante el ruido de vidas falsas, quiero ponerle rostro y lo fijo en mi cerebro para describirlo en palabras.

Una hora más tarde abandono el local que ya se ha llenado de gente y me escabullo rápidamente.. y guitarra en mano, me voy a donde empecé a confeccionar historias que debí haber vivido antes.

viernes, 21 de septiembre de 2012

SOLDIER'S EYES - JACK SAVORETTI










Deleite para los oídos, con una voz madura y muy personal Jack Savoretti puede hacernos viajar desde Simon & Garfunkel (ja ja sin Garfunkel) hasta Jackson Browne con su The Proposal un cañonazo sonoro.

Es difícil explicar lo que me transmite saborear esta joya Soldier's Eyes. En esta ocasión, para escribir estas líneas necesitaba escuchar el tema, el lápiz escribe con el violín de fondo.

“De pequeño solamente pensaba en sentarme debajo de un árbol con un cuaderno y hacer poesía” , Jack Savoretti ha logrado su sueño, poesía, elegancia y exquisitez.

Como a mi, le encanta manchar páginas en blanco con letras y notas (uy yo notas no), dice que todo lo que consigue es porque las pequeñas cosas que hacen que el mundo se mueva con una cadencia distinta, con un particular contoneo musical, deben tratarse una a una como una gran banda sonora.

Maravillosa sorpresa su tercer álbum Before The Storm, un compendio de poesía, Rock N Roll, Folk y Contry, mantiene intacta su esencia. “Antes de la tormenta” canta a las ilusiones, a los deseos, a las batallas, a los miedos y a las victorias de cualquier persona que se cruza contigo en la calle, a cada uno de nosotros que no saldremos nunca en un best seller o en una película de éxito.

Otras piezas como Take me Home sorprenden porque consigue casi la perfección al empastar y superponer voces, brillante. Una más, Not Worthy una genial maravilla llena de melodías y sonrisas que llenan el estómago de mariposas.

Una delicia de disco, el mejor momento para escucharla entre sábanas blancas un domingo por la mañana, en el coche o en uno de esos ratitos de abstracción personal.

CUENTOS FORÀNEOS EN EL SIGLO XXI, AÚN EXISTEN LOS TROBADORES




lunes, 10 de septiembre de 2012

UN ANTES Y UN DESPUÉS


Se acabó el Kit Kat. Pues bien, aterrizada ya después de unos días de vacaciones reinicio mi Tam Tam personal. Lo curioso de estos días ha sido que escribiendo, escribiendo han salido todo tipo de cosas, que irán cayendo por aquí, pero lo que un día salió sin más fue esto, un antes y un después. Todo tiene su explicación, tengo una gran amiga que su verano ha sido un desastre, una agonía ver como su madre empeoraba día a día, se ha tenido que acostumbrar a oír: mejorar no va a mejorar, que siga igual un milagro (manda leches) y empeorar seguro, no le queda mucho, así que después de escucharla cómo, con todo tipo de detalles, ha hablado de ella y curiosamente no del presente sino de su juventud, de cómo ha sido su vida, de que era una romántica empedernida y eso sin regocijarse en su irremediable enfermedad, surgió en mi cabeza una vida cualquiera, una vida más… en la ciudad preferida de su hija, va por ti Neli.
A medida que pasan los años, todos deseamos estar rodeados de aquellos que nos aman, que nos quieren de verdad y  la madre de Neli ha tenido y tiene amor a raudales, atenciones infinitas y tu sin demostrar nunca el cansancio.

¿Todo empezó así? ¿O no?

Abrí la puerta y solté la maleta, tiré el bolso sobre la cama y me dejé caer sobre la otra, con los brazos abiertos en un gesto que creo que hacemos casi todos los humanos cuando entramos por primera vez a la habitación de un hotel.
Clavé la mirada en el techo y me fui abandonando a un sin dormir que no me dejaba ni parpadear, froté mis pies y me desprendí de los zapatos y sin cambiar de postura mantuve una sensación de bienestar, de paz, de mi propio olor y me dejé apoderar por el sopor, segundos o minutos pasaron hasta que decidí incorporarme y me quedé sentada sobre la cama. No tenía la entrevista con el editor hasta la cena.


El taxi nos acerca al Hotel, aquel que me dio la oportunidad de conocerte, luce un sol espléndido y bajo del coche con inseguridad, me alargas la mano para ayudarme, me duelen los huesos, aún no me he acostumbrado que debas hacerlo tan a menudo, me dedicas una sonrisa a modo de ven pequeña y te devuelvo la mía. Mecánicamente logro que mis piernas se pongan en marcha, moviéndolas poco a poco, logro salir y andar con inseguridad, recuerdo mis traspiés y tu lo intuyes, me coges aún más fuerte.
Parece que no hayan pasado los años, alguna lámpara y una mano de pintura más actual, pero todo sigue igual, nos acercamos al ascensor, piso segundo, aún apoyada en ti entramos en la habitación. Doy por imposible lanzarme sobre la cama...


Bajé al restaurante, bonito y sin grandes lujos, me senté en la mesa junto a la terraza y abrí mi libreta de apuntes garabateando algunas líneas que me danzaban en la cabeza desde hacía un rato. Al principio no te vi, te acercaste tu y te presentaste. – ¿señorita Helena? Soy Luca Ambroggio de la revista Messura, - ¡Ah! si soy yo Helena, Helena Ponce, encantada, me levanté y te di la mano. Estuvimos hablando de la revista, del artículo que estaba escribiendo, el primer borrador te había encantado y te interesaste por otro posible artículo para la próxima edición, cuando ya habíamos acabado el café me propusiste enseñarme Roma…


Me pongo frente al espejo, no me he acostumbrado a que mis piernas se hayan arqueado, mis manos no respondan igual y mi mente sea cada vez más lenta, puñetera enfermedad, pero debo apresurarme si quiero arreglarme a tiempo. Tengo el vestido preparado y los zapatos junto a la cama, me visto lentamente y con cuidado, levanto la mirada para ver el resultado… ahí veo a Luca tras de mi mirándome. - ¿Te acuerdas? – le pregunto – Si, cómo voy a olvidarlo, todos y cada uno de los detalles me lo recuerdan, cuántos años y cuántas ilusiones.
Sonrío aunque se que muchas de ellas no se cumplirán, pero muchas otras si se han cumplido, con eso me quedo. – Toma Helena – y me acerca una caja de color marfil con un gran lazo color burdeos, apresuradamente la abro y veo un precioso vestido azul celeste, se me dibuja una sonrisa cubrirá mejor mis torpes piernas, noto la emoción e intento disimularla, me he vuelto de lágrima fácil y pasan imágenes de cuando le conocí por mi cabeza como si de una película antigua se tratara…

 
Me pierdo por Roma, sus calles, sus historias, sus gentes y Luca… no logro entender qué es lo que estás despertando en mi pero eres como un libro lleno de historias a todo color, me paseas por todos los rincones de la ciudad.  Después de pasear por la fabulosa piazza Navonna nos acercamos a una cafetería. A simple vista no tiene nada de particular, un cartel simple donde pone café Sant’ Eustachio – aquí saborearás el mejor café del mundo, fíjate que el encargado de la máquina de café está de espaldas al público – me dijo Luca, - hasta 4.000 cafés al día se preparan. Al entrar en la pequeña plaza de la Fontana di Trevi me da un vuelco el corazón cuánta belleza, la fuente de los cuatro ríos, demostración de rivalidad entre dos artistas Borromini y Bernini, me explicaste que parece ser que el último temía que se derrumbara su obra ya que Borromini había construido la Iglesia Sant’Agnese in Agone justo en frente y la figura que representa a uno de los ríos alza la mano protegiéndose, cuánta ironía…




Luca ha reservado la mesa junto a la terraza, bajamos pronto con mis puñeteros movimientos pausados, debo tomarme mi tiempo. La cena ha sigo exquisita y el vino delicioso, ¡cómo no! no hemos parado de hablar, de la revista, de los paseos por la ciudad, Luca dejó Roma por mi - jamás me arrepentiré de dejar esta ciudad, cuando amas tus orígenes nunca dejas de llevarlos contigo y la recompensa valía la pena, no lo dudé ni un momento. Nos hemos reído y nos hemos atropellado, yo más que él, apuntando alguna anécdota. Coges mi mano entre las tuyas, qué afortunada soy.

Parece que nos conocemos de toda la vida, me gusta y siento cosquillas cada vez que me miras a los ojos. La noche antes de irme decidimos cenar en la misma mesa del rincón y tras recordar la ruta turística de la ciudad de la plata me rozas la mano… una descarga me recorre todo el cuerpo y respondo a tu gesto dándote la mía, a partir de ahí una vida…


Han mermado mis movimientos pero Luca sabe cómo y cuando sacar un conejo de una chistera, sabe adaptarse y hace sentirme la mujer más bella del mundo, ayuda a quitarme el magnífico vestido nuevo y acostados uno junto al otro nos dejamos llevar por los recuerdos de Roma que permanecerán en nuestra memoria…


Neli tu madre es muy afortunada por estar acompañada de los suyos, que a pesar de su enfermedad le han dado la mano para acompañarla, deja buenos y grandes recuerdos…